¿Hay preguntas clave para tomar decisiones importantes?
Si quieres escuchar este artículo, ahora puedes hacerlo clicando en “Reproducir”
Hace un par de años, cuando me planteaba crear el blog
y pasarme al mundo digital,
me asaltaron muchísimas dudas y miedos.
Imagina que,
cada vez que tuvieras que tomar una decisión importante en tu vida,
pudieras llamar
al genio de la lámpara mágica.
Este genio,
te ayudaría a reflexionar
para valorar tus opciones
y facilitarte el proceso de decisión.
Este artículo
pretende ser como una especie de
genio
el cual,
te propone
18 preguntas clave
para tomar decisiones importantes.
En general,
cuando queremos tomar una decisión
nos ponemos a darle demasiadas vueltas a la cabeza.
Es posible que te pase algo parecido a esto:
Un día lo ves clarísimo.
Defiendes un determinado punto de vista.
Consideras que “esa” es tu mejor opción.
Al día siguiente o
al cabo de unas horas,
(incluso a veces justo depués de tu razonamiento)
encuentras toda una serie de motivos
que justifican el punto de vista contrario.
Al final,
acabas con un lío en la cabeza tremendo
y sin saber qué hacer.
Pero no te preocupes,
que aquí viene el genio
con algunas preguntas clave para tomar decisiones importantes:
18 preguntas clave para tomar decisiones importantes
1. ¿Cuál es el objetivo que quieres conseguir con esta decisión?
Esto es lo primero que tienes que tener muuuuy claro.
Porque, para saber cómo llegar a un lugar,
antes tienes que saber
dónde quieres ir.
¿Qué es lo que quieres conseguir?
2. Lo que quieres conseguir con esta decisión,
¿depende de ti?
Porque, por mucho que quieras,
NO puedes cambiar a otra persona más que a ti mism@.
Si tu objetivo es cambiar a otra persona, no lo conseguirás.
Por eso, plantéate metas que dependan de ti y de tus acciones.
3. ¿Qué ganas y qué pierdes con tu decisión?
Esta pregunta tiene la intención de ofrecerte claridad
respecto a las ventajas
y desventajas de tu decisión.
Trata de valorar las cosas lo más concretamente posible:
GANO | PIERDO |
Puedes hacerte esta pregunta en dos o tres días diferentes
por si te surgen cosas distintas.
Pero,
una vez hayas hecho tu lista,
tendrás que prohibir a tu mente que siga dándole vueltas a lo mismo.
Lo escribes en el papel y allí se queda.
4. ¿Tienes otras opciones?
A veces estás tan focalizada/o en A,
que no ves B
y mucho menos C.
Por eso estas preguntas clave para tomar decisiones importantes tratan de que puedas ver otras opciones.
Es fácil tener el pensamiento de blanco o negro,
pero recuerda que existen los colores
y tienes que relajarte
para que puedas ampliar tu visión.
Trata de buscar alternativas,
haz un brainstorming si hace falta,
pero investiga si hay otras maneras de conseguir aquello que quieres.
Además,
esto te enriquecerá
porque te darás cuenta
de que tienes más opciones de las que pensabas.
Tener alternativas te permitirá elegir.
Si las alternativas no te surgen, puedes echarle un vistazo a esto.
5. Si has estado en alguna situación similar anteriormente,
¿cuál fue tu aprendizaje?
Toda experiencia trae consigo un aprendizaje.
Pues ahora es momento de recuperarlo.
Por ejemplo,
- Si estás planteándote cambiar de trabajo, ¿qué te ayudó a conseguir el último?
- Si buscas pareja, ¿qué te ayuda a conocer personas y qué no te sirve?
Claro que cada situación es diferente, pero de tu experiencia vivida puedes aprender mucho.
Reoge lo que te sirvió y
no vuelvas a hacer lo que no te funcionó.
6. Esta decisión,
¿está de acuerdo con tus valores y prioridades?
Si tomas una decisión y no tienes en cuenta tus valores NO podrás mantenerla.
Te pongo un ejemplo.
Imaginemos que para una persona,
el valor de “la familia” está situado en el número 1 de tus prioridades.
Le ofrecen un trabajo de más responsabilidad,
más beneficios económicos
pero,
en el que tiene que viajar mucho,
por lo que no podrá ver tanto a tu familia
ni pasar mucho tiempo con ellos.
¿Cuánto tiempo crees que podrá ir en contra de tus valores?
Recuerda que en este ejemplo
decíamos que para esta persona
“estar con su familia” es lo MÁS importante.
Por eso, aunque en un principio
pueda aceptar ese trabajo
por los beneficios que obtiene,
es posible que con el tiempo
no lo pueda mantener.
Porque tendría que renunciar a lo que para él o ella es su prioridad número 1.
Es decir,
pasar tiempo con su familia.
Por eso,
cuando tomes decisiones
trata de alinearlas con tus valores.
De esta manera,
te será más fácil llevarlas a cabo
y gestionar los efectos de las mismas.
7. ¿Tienes alguna creencia que te limite?
Las falsas creencias pueden hacerte mucho daño.
Lo peor es que,
muchas veces,
ni siquiera te das cuenta de que una creencia te está limitando.
Puedes investigar un poco tus creencias del tipo:
- No debería…
- No es correcto…
- Es muy difícil…
- No conseguiré…
- Es imposible…
- Esto no es para mí porque…
- Etc.
Acaba estas frases y plantéate la veracidad de las mismas.
Recuerda que muchas veces funcionas en autopiloto y no te das ni cuenta.
Detecta tus falsas creencias.
Tenlas controladas para que no te impidan ir en la dirección que deseas.
8. ¿Qué es “lo peor de lo peor” que te podría pasar si…
tomas esa decisión?
Aquí se trata de ponerse en la situación más extrema que puedas y,
además,
ponerle dramatismo.
Por ejemplo:
- Si decides cambiar de empleo, podría salirte mal y quedarte sin trabajo. Entonces, no podrías pagar las facturas, te echarían del piso y no tendrías una casa donde vivir.
- Si decides quedarte en ese trabajo que odias, podrías coger una úlcera de estómago por tu elevado nivel de estrés o quizá una depresión.
- Si decides arriesgarte, podría salirte mal y perder absolutamente “todo” lo conseguido hasta el momento.
- Si decides no arriesgarte, podrías arrepentirte el resto de tu vida por no haberlo intentado y quizá nunca más vuelvas a tener la posibilidad de elegir el camino que quieres.
Es importante ser lo más exagerado que puedas al responder a esta pregunta.
Este ejercicio te ayudará a quitarle peso a tu decisión,
porque probablemente,
ninguna consecuencia será tan terrible.
Y además,
tu mente encontrará soluciones.
9. ¿Qué piensa tu corazón al respecto?
Las preguntas clave para tomar decisiones importantes
no pueden dejar de lado a tu parte más intuitiva,
porque serían incompletas.
Ahora toca preguntar a esa parte tuya que no sabe nada de análisis y estadísticas.
Esa parte que sólo siente, intuye y desea.
Puede ser que,
desde tu cabeza,
no haya ningún inconveniente para ir en una dirección determinada y,
sin embargo,
seas incapaz de tomar la decisión porque
“algo dentro de ti”,
no sabes qué,
ni porqué,
no acaba de tenerlo claro.
Ese “algo” tiene que tener su espacio y tiene que ser escuchado.
Ponlo también por escrito.
- ¿Qué quiere tu corazón?
- ¿Hacia qué lado se siente más inclinado?
- ¿Cuál es la intuición que tiene respecto a esa decisión?
Escúchalo sin censuras.
Luego, ya podrás volver a analizar.
10. ¿Podría serte útil la opinión de otras personas?
Aquí te pido que tengas cuidado.
Si lo consideras adecuado,
puedes pedir otra opinión,
pero siempre
siempre
viéndola como
“un punto de vista más”,
y no como
“la verdad” o “lo acertado”.
Cada persona vive su propia realidad,
por lo que SU “consejo”
se basará en SU experiencia vivida
y SUS creencias.
Una cosa es pedir otros puntos de vista
para ampliar tu visión
y, otra muy diferente
es considerar que los otros saben más o mejor que tú
lo que a ti te conviene.
Eso es un grave error.
Porque nadie más que tú tendrá que vivir las consecuencias de tu decisión.
Por eso,
es muy, pero que muy importante,
que seas tú quien decida
basándote en tus reflexiones
y NO en lo que otra persona cree que más te conviene
o es lo mejor para ti.
11. Imagínate que han pasado ya 10 años,
¿qué es lo que te hubiera ayudado en su momento?
Con esta pregunta pueden surgir aspectos emocionales
que hasta el momento no se te habían ocurrido
y es importante tenerlos en cuenta.
Me gustaría que te imaginaras 2 escenarios posibles:
a) Que NO tomas la decisión. Imagina cómo evoluciona tu vida.
b) Que SÍ tomas la decisión. Vuelve a imaginar cómo evoluciona tu vida.
Esto ampliará tu visión en dos escenarios distintos.
12. ¿Hay algo que puedas hacer AHORA que te permita acercarte al objetivo deseado?
A veces se puede hacer algo pequeño
que te ofrezca un poco de información
o que te permita sentir “cómo sería“
sin haber tomado aún tu decisión.
Otras, es imposible hacer nada.
Pero por si acaso, va bien preguntárselo.
Por ejemplo,
- Si quieres cambiar de trabajo, podrías mirar las ofertas para ver qué qué tipo de trabajo encaja con lo que tú quieres. Podrías también enviar algunos currículums y ver qué respuesta tienen.
- Si quieres dejar una relación, podrías empezar a organizarte un poco tu vida sin esa persona. Podrías también empezar a tener tus propias actividades.
Claro que estas pequeñas acciones NO van a asegurarte nada,
pero al menos,
te pueden dar una idea del inicio del camino.
13. ¿Puedes asumir los riesgos que implica tu decisión sin una garantía al 100%?
Toda decisión implica un riesgo.
Ganas algo y pierdes algo.
Siempre.
Pero hay personas que no quieren asumir ninguno.
Pretenden tener el 100% de seguridad respecto a su decisión.
Pretenden tener garantías.
Pero,
si esperas tener una seguridad del 100%
ANTES
de tomar tu decisión,
entonces,
no la tomarás nunca.
Porque NO hay garantías del 100%.
Siempre existe el riesgo a equivocarse.
Pero eso
pocas veces se sabe al instante,
sino con el tiempo.
No busques el 100%,
busca el porcentaje adecuado que
a TI
te valga la pena
para tomar tu decisión.
¿Es suficiente estar un 80% convencido?
Si es así, ¡adelante!
14. ¿Sabes qué consecuencias tendrá tu decisión?
Para dejar atrás lo que ya no deseas
y llegar a donde quieres ir,
tienes que caminar y seguir hacia delante con todo lo que eso implique.
Tu decisión tendrá unos efectos que tendrás que asumir.
Y es importante conocerlos para poder “prepararse” (si es posible).
Haz un repaso de las consecuencias que tu decisión implicará
para ti y
para las personas de tu alrededor.
Y prepara posibles acciones para mitigar efectos no deseados.
La flexibilidad para adaptarte a lo que venga será tu aliada.
15. ¿Puedes darte un tiempo adecuado para tomar tu decisión?
No hace falta que te precipites.
Pero tampoco que lo postergues eternamente.
Puedes decidir “no decidir” durante un tiempo.
Decide tú cuánto, pero ponte una fecha límite.
Y, hasta entonces,
permítete reunir toda la información necesaria,
contesta a las preguntas,
pregunta a otras personas,
escribe listas de pros y contras y consigue una visión de conjunto.
Llegado el momento,
decide y empieza a actuar.
16. En caso de equivocar la decisión
¿qué podrías hacer para “reparar” el daño?
Claro que siempre existe la posibilidad de errar el tiro,
de tomar la decisión equivocada.
En ese caso, ¿podrías hacer algo al respecto?
Podría estar bien tener alternativas de acciones que podrías tomar,
en caso de que las cosas no salgan como tú esperabas.
17. Este daño,
¿sería totalmente irreversible o podrías volver a enderezar el camino?
Esta pregunta te ayuda a mantener los miedos a raya.
A veces,
después de determinadas decisiones,
no hay vuelta atrás.
No se puede deshacer lo que se hizo.
Otras decisiones, sin embargo, tienen efectos temporales y reversibles.
Que el efecto sea temporal o reversible
no quiere decir volver a la situación inicial,
sino encontrar una nueva solución que se adapte mejor a tus necesidades,
aunque no sea la primera que habías pensado.
Tener en cuenta estos aspectos, te dará tranquilidad y la sensación de tener un plan B en la retaguardia.
18. Una vez tomada la decisión,
¿cómo te estás sintiendo al respecto?
Depende del tipo de decisión que tengas que tomar,
puede que haya momentos emocionales difíciles,
y como ya sabes,
eso forma parte del proceso.
Tienes que pasar los momentos difíciles y sostenerlos porque,
si a la mínima que te duele un poquito retrocedes,
no conseguirás avanzar.
Recuerda aquella frase de Séneca que dice:
Así que yo te invito a atreverte.
Una última sugerencia
Para tomar decisiones importantes,
es necesario que te encuentres en un estado mental relajado.
Para que practiques el estar presente,
te dejo un minicurso gratuito de mindfulness
que te ayudará a ver las cosas con menos apego.
En este artículo sólo he escrito 18 preguntas clave para tomar decisiones importantes, pero estoy segura de que hay muchas más:
¿Qué otra pregunta añadirías?
¿Qué otras dificultades te encuentras a la hora de tomar decisiones importantes?
Puedes dejarme tus comentarios en el blog.
Hola darte las gracias por este blog,me siento muy perdido en estos momentos debido a varias situaciones vividas en muy poco tiempo,con mucha ansiedad y depresión estando de baja en casa,resulta que las cosas en mi empresa no están bien respecto a mi persona como trabajador con una serie de conversaciones con mi jefe que me han hecho darme cuenta de las cosas,he decido poner cartas en el asunto con abogados para solucionar la situación laboral,poner punto y final a la situación muchos años asi.
Ahora que se acerca el momento de ello,me surgen muchas dudas y no tengo el valor de seguir adelante por varios motivos,la situación en mi pais tanto laboralmente como económicamente a causa de la pandemia.
QUE SITUACIÓN TAN TAN COMPLICADA
Hola Antonio, la vida siempre nos pone desafíos por delante y no siempre es fácil tomar decisiones. Espero que las preguntas del artículo te sirvan para poder valorar diferentes opciones, pero piensa que al final, no hay garantías de nada, siempre hay que tomar ciertos riesgos para seguir avanzando. Un saludo.
Muchas gracias Miriam! Llevo (demasiado) tiempo intentando romper mi relacion de pareja. Es una persona maravillosa, generosa y muy buen padre…. pero ya no le quiero como deberia quererle. Se q la ruptura traera mucho sufrimiento para todos incluidos los niños y no dejo de pensar que soy una egoista por querer poner todo patas arriba solo por buscar mi propia felicidad. Voy a seguir tus consejos y a escribir las respuestas a las 18 preguntas q propones a ver si esas respuestas me dan el empujon que necesito. Muchas gracias
Claro que sí Esther. No hay ruptura sin dolor, pero quedarse donde duele o donde ya no hay amor…tampoco es la mejor opción. Te dejo también el enlace a este artículo por si no lo has visto: https://www.mypsicologa.com/dejar-a-tu-pareja/ Un saludo.
Hola buen día disculpa tengo una duda porque al momento de tomar la decisión de dejarme me arrepiento y pienso volver atrás y pienso que sera diferente y me va mas mal
Hola Anahí, no acabo de entender tu pregunta: ¿qué quieres decir con “dejarme”? ¿tienes que decidir dejar a una persona, una actividad, un hábito? Cuando tú has podido valorar los pros y contras de tu decisión, lo más seguro es que no tengas el 100% de seguridad sobre si es o no la decisión correcta en el momento en que la tomas, porque siempre van a haber cosas que te hacen “quedarte donde estás aunque estés mal” (o arrepentirse como tú dices). Pero has de darte un tiempo, aunque no lo tengas del todo claro, para darte la oportunidad de experimentar tu decisión. Un saludo
Muchas gracias Miriam por tu ayuda. P ir compartir tus conocimientos y orientar a las personas en momentos difíciles. Todas las preguntas planteadas me están sirviendo para aclarar ideas y tomar una decisión importante.
Un saludo
¡Qué bien Merche! Gracias por comentarlo porque esa es la intención con la que escribí el artículo y ver que he conseguido mi cometido, me hace sentir bien. Muchos ánimos y adelante con tu decisión, sea la que sea.
Gracias por tus consejos eres un faro en un dia neblino iluminando mi un frio oceano interior, cuando te fallan las fuerzas y estas a punto de soltarte de ese barril que flota tras el naufragio, justo cuando te sueltas, aparece tu mente convertida en delfin, que me va empujando hacia arriba y no se como pero amaneci fria pero aún viva en la playa al amanecer, al calido sol de tus consejos quizas salvaste mi alma…quizás mori y estoy chateando con un Ángel, mala suerte o buena suerte, quien sabe…
Que la luz del cálido sol te acompañe siempre. Un saludo Verónica
Buenisimo este articulo. Muchas gracias por compartirlo con todos! muy buen trabajo!
Muchas gracias Leida! 🙂
Hola Miriam!
Hace un momento me encontre con tu pagina y me encanto!
Escribi las 18 preguntas en mi diario y ahora me pongo a trabajar en ellas.
El cuento que dejas mas arriba tambien me lo copie :___D
Super buen trabajo!
Gracias por ayudarnos 🙂
¡Gracias Beatriz! Me alegro que te sirva y que te ayude, esa es mi intención. Te agradezxon también tu comentario porque me motiva a seguir aportando valor. ¡Un saludo!
Hola 🙂
¿Como afrontar o superar una situacion en la que has tomado una mala decision pero es irreversible? Ya no hay vueltra atras. Que hacer? como afrontarlo?
Un saludo.
Hola Jhonatan, como bien dices, hay situaciones en las que “no hay vuelta atrás”, pero si consideras que fue una “mala” decisión, entonces puedes tratar de crear un camino en el que crees una nueva situación parecida o mejorada de la que tenías anteriormente. También puede estar bien expresar a quien esté implicado tu “mala” decisión y quizá llegar a un diálogo de cómo “reorierntarlo”. Si no es posible hacer ninguna de estas cosas, entonces, no te queda otra que seguir adelante. Y respecto a si eso es “bueno” o “malo”, te dejo un cuento que quizá te ayude a mirarlo de otra manera:
Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra. El vecino que se percató de este hecho corrió a la puerta de nuestro hombre diciéndole:
-Tu caballo se escapó, ¿qué harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:
-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar. ¡Qué buena suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Más adelante el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:
-¡Qué mala suerte has tenido! Tu hijo se accidentó y no podrá ayudarte, tú eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.
El hombre, otra vez lo miró y dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaró no apto por estar imposibilitado. Nuevamente el vecino corrió diciendo:
-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!
Otra vez el hombre lo miró diciendo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Un saludo.
Gracias! Me ha servido de gran ayuda este cuestionario para aclarar aspectos que no veía muy claros. Y para desdramatizar, en eso la pregunta 8 es clave. Gracias otra vez!
¡Qué bien Carolina! Me alegro que te haya servido. Muchas gracias por hacermelo llegar. Pues eso me anima a seguir escribiendo.