Cambiar una creencia que te limita no es una tarea fácil.
Bajo cada comportamiento, existe una creencia que, normalmente, funciona sin que tú te des cuenta.
Y te lleva a resolver las diferentes situaciones de la vida, de manera automática.
Es decir, normalmente, respondes sin pensar demasiado, aunque quizá tu respuesta, no sea la más adecuada.
Estas creencias están en tu subconsciente y por eso, es tan difícil cambiarlas.
Con este post quiero explicarte la manera para desenmascarar a todas esas creencias que te limitan y te obligan, incluso sin darte cuenta, a actuar de una determinada manera.
3 conceptos importantes
Para que entiendas un poco mejor cómo funciona tu cerebro, voy a explicarte 3 conceptos, de forma muy sencilla, para que puedas entender mi explicación posterior.
Neuronas: son las células de nuestro cerebro y se encargan de transmitir información.
Conexión neuronal: cuando una neurona pasa información a otra.
Red neuronal: una cantidad determinada de neuronas que suele transmitirse información habitualmente.
¿Cómo se crea una creencia?
Vamos a poner un ejemplo hipotético:
Imagina que de pequeña, una vez estando en clase te hicieron una pregunta. Al contestarla, todos tus compañeros se rieron de ti, y tú te sentiste “tonta”.
Otro día en casa, te sucedió algo similar. Tu opinión a una pregunta provocó las risas de tus hermanos, y tú volviste a sentirte “tonta”.
Entonces, tu cerebro llegó a una conclusión: “para no sentirte tonta y evitar que se rían de ti, es mejor no dar tu opinión”.
Después de esa resolución, la siguiente vez que estuviste en una situación similar, en la que te preguntaron algo que no sabías con seguridad, te callaste. De esta manera, evitaste que nadie se riera de ti y también dejaste de sentirte “tonta”.
Por fin, el cerebro había encontrado una manera exitosa de resolver un problema.
Así que “esa manera”, tenía que grabarse en algún lugar para que, en futuras situaciones parecidas, no se te ocurriera dar tu opinión, sino que la mejor opción era callarse.
Si explicamos esto a nivel interno, podemos decir que la primera vez que el problema fue resuelto con éxito, una neurona envió la información (“es mejor callarse que dar una opinión”) a otra neurona, y ésta a otra, creando una conexión neuronal entre una red de neuronas.
Para entenderlo más fácilmente, podrías imaginar que cada vez que una neurona envía información a otra, ambas neuronas se quedan enganchadas por hilos.
Así, cada vez que vivías una situación parecida, la red neuronal ofrecía rápidamente la respuesta al cerebro.
Los “hilos” que había entre neuronas se iban convirtiendo en “cuerdas”, cada vez más fuertes.
Y de esta manera la creencia, se iba aposentando y haciéndose también, más estable.
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La resistencia al cambio
Al cabo de los años, y de repetir una y otra vez la misma solución que funcionó la primera vez, podrías imaginar que las cuerdas, se convirtieron en “cadenas”, y que tu creencia, había sido confirmada tantas veces, que se volvió automática.
Es decir, en situaciones similares, tú ya NO decidías si no que tu cerebro, por tal de economizar recursos, decidía por ti.
Ya que él sabía que esa solución te había servido durante muchos años.
No había ningún motivo por el que replanteársela.
Pero fíjate que, desde el primer momento, esa creencia te limitó.
Si ahora mismo yo te pregunto: ¿qué es mejor expresar tu opinión o callarte?
Probablemente, me digas que “depende”.
Y yo estaré de acuerdo contigo.
Pero una cosa es poder elegir cuándo expresar tu opinión y cuándo es preferible no hacerlo.
Y otra, es que tu cerebro elija por ti y siempre decida “callarse”.
Pero llegar a la creencia que hace que te comportes siempre de una determinada manera, es lo más difícil de conseguir, porque es una respuesta automática.
Una vez lo consigues, tienes que romper las cadenas de la red neuronal que crearon esa determinada respuesta.
Y para ello, vas a necesitar un tiempo.
Por eso es tan difícil cambiar algunos patrones de comportamiento.
Cambiar una creencia que te limita
Imaginemos que después de un proceso de introspección interior, consigues hacer consciente aquella creencia inconsciente que te limita.
Siguiendo con el ejemplo anterior:
Ahora sabes que, ante una situación en la que se te pida tu opinión, tu respuesta automática, será la de “callarte”.
El caso es que estás decidida a hacer algo diferente.
Un día, alguien te pregunta tu opinión. Tu cerebro está a punto de ofrecer la solución automatizada de “callarte”, pero esta vez, tú estás atenta y no se lo permites.
En su lugar, decides expresar tu opinión.
Si lo haces y obtienes éxito, entonces, se creará una nueva conexión neuronal, con un recorrido distinto.
La neurona que le decía a la otra neurona que “lo mejor era callarse” ahora tendrá que informar que “esta vez, expresar tu opinión, ha sido un éxito”.
Ahora en tu cerebro, tienes dos recorridos neuronales con dos informaciones distintas:
- La respuesta automática de: “cuando te pregunten tu opinión, lo mejor es callarse”, información que el cerebro ha utilizado a lo largo de los años.
- La nueva respuesta de “cuando te pregunten tu opinión, es mejor decirla”, información que tienes a raíz de la experiencia que acaba de suceder.
Ahora el cerebro tiene un dilema:
¿Debería permanecer en silencio o expresar su opinión?
Pero como se ha callado durante tantos años, al principio, el cerebro seguirá eligiendo lo que ya tiene automatizado.
Para romper las “cadenas” de ese recorrido neuronal que ya no te sirve o que quieres cambiar, tendrás que seguir eligiendo cada vez, expresar tu opinión.
Así, los hilos de la segunda opción, se convertirán en cuerdas y, si sigues expresando tu opinión, las cadenas de la primera opción, empezarán a deshacerse.
El tiempo y los nuevos éxitos de expresar tu opinión, harán que las cuerdas de este segunda conexión neuronal, se conviertan en cadenas y ésta nueva creencia que ya NO te limita, pasará a ser automática.
Por otro lado, las cuerdas del recorrido neuronal que sostenían la antigua creencia, se convertirán en hilos y, con el tiempo los hilos se romperán y esas conexiones neuronales, dejarán de utilizarse.
Así, habrás cambiado la creencia que te limita y, por lo tanto, podrás cambiar tu comportamiento.
Este es un proceso lento que va a requerir paciencia y atención por tu parte.
Pero al final serás tú la que elijas cómo quieres responder ante una situación determinada.
¿Hay algún comportamiento que te gustaría cambiar?
¿Te animas a buscar la creencia que lo provoca?
Si tienes dudas, ¡pregunta!
Me ha ayudado mucho y me ha aclarado mucho las dudas que tenía hace años ahora entiendo que es lo que me ha pasado los videos lo explican muy bien porque parecía estame volviendo loca
Me alegro que te ayude. Esa es la intención con la que los hago. Un saludo.