Si respondes que sí a esta pregunta, ¿podrías concretarme qué significa en lo “práctico” eso de cuidar de ti?
Si quieres, también puedes escucharlo haciendo clic en “Reproducir”.
“Cuidar de ti” es una frase muy bonita, pero a la vez muy abstracta.
Por eso es muy importante que “concretes”
- ¿Qué significa exactamente cuidar de ti?
- ¿Cómo sabes que lo estás haciendo?
- Cuando cuidas de ti, ¿te sientes bien o mal?
Uno de los principales problemas que me encuentro en terapia, es que la mayoría de mis clientes han olvidado cuidar de si misma/os.
Las razones pueden ser varias:
- quizá no les enseñaron
- priorizan a su pareja, hijos, trabajo…
- o se “venden” por un poco de amor
Llevan tantos años sin cuidarse que les parece lo más normal
Pero déjame decirte que de normal, nada.
Cuidar de uno mismo empieza por poner tus deseos y necesidades en primer lugar.
¿Ya haces esto?
Si todavía sigues poniendo a los otros como prioritarios y tú te dejas para lo último…entonces, déjame decirte que NO estás cuidando de ti.
Con este post me propongo darte algunas pautas para que tengas claro lo que significa cuidar de ti.
Aprende a cuidar de ti
Claro que cada persona es un mundo y el nivel de concreción de lo que para cada persona significa “cuidar de uno mismo” va a variar, pero hay algunas cosas que podemos considerar generales y aplicables a todos.
1. Escúchate
¿Cuántas veces al día te preguntas cómo te sientes o qué necesitas?
Venga va, piensa un poco.
Ah! ¿que no necesitas pensar?
Hum, pues si eres de las que me responden “ninguna”, este post te va a ir muy bien.
Te voy a enviar deberes.
Haz una respiración un poco más profunda y hazte dos preguntas AHORA:
¿Cómo te sientes?
y…
- ¿Eres capaz de escuchar la respuesta?
- ¿Te sientes triste o sola/o?
- ¿Hay algo que te preocupe?
- ¿Necesitas descansar?
- ¿Un abrazo quizá?
- ¿Salir a dar un paseo y desconectar?
Cuidar de ti implica que tú eres importante para ti, y por lo tanto, tus sentimientos y necesidades, también.
Cuando te escuchas, te estás dando ese espacio y ese tiempo que nadie más que tú, puede darte.
Satisfacer tus necesidades es una forma de valorarte, pues te tomas el tiempo de darte aquello que es importante para ti.
Ese es el primer paso para una buena relación contigo.
2. Respétate
Esto que parece obvio, es más fácil de decir que de hacer.
Te sorprendería saber la de veces que te faltas al respeto y ni te enteras.
- ¿Cuántas veces cedes ante los deseos de los demás, aunque sean contrarios a los tuyos?
- ¿Cuántas veces renuncias a ti para gustar al otro?
- ¿Cuántas veces antepones las necesidades de los demás a las tuyas?
- ¿Cuántas veces te dices que lo que tú piensas o sientes no es “tan” importante?
- ¿Cuántas veces luchas por lo que quieres?
- ¿Cuántas veces te eliges primero a ti?
¿Llevas la cuenta?
Si has respondido a todas mis preguntas, tendrás una ligera idea de si el respeto por ti es algo que se te da muy bien o, quizá, lo tengas un poco olvidado.
Respetarte es dar valor e importancia a lo que tú piensas, sientes y haces.
Respetarte implica saber que tú eres igual que el otro. Nadie está ni por encima ni por debajo de ti como persona, y tú, tampoco estás ni por encima ni por debajo de nadie.
El ser humano tiene un valor intrínseco y es igual para todas las personas.
3. Sé honesto/a contigo
Muchas veces, por tal de “quedar bien” te autoengañas haciéndote creer que eso que haces o dices es en realidad lo que tú quieres.
Llega un momento en que si el autoengaño se vuelve crónico, dejas de darte cuenta de que has dejado de ser honesta/o contigo.
Para saber si te estás engañando o no, ante cualquier petición interna o externa hazte la siguiente pregunta:
“Si no me importara en absoluto lo que pensaran de mí, ¿realmente haría esto?”
Contesta sólo para ti.
Pero sé sincera o sincero.
Sabes, es normal que nos importe lo que los otros piensan, especialmente, aquellas personas a las que amamos, porque somos seres sociales y todos necesitamos amor y aprobación.
Lo que pasa es que cuando el deseo de gustar al otro es tan grande, puedes llegar a renunciar a ti para gustar al otro.
Como diría Giorgio Nardone, te acabas convirtiendo en una prostituta/o relacional, es decir, vendes tus valores, tus prioridades y lo que es importante para ti, para ser aceptado/a por otro.
4. Ponte en primer lugar
Aquí la dificultad que me encuentro en mis clientes es que el hecho de “pensar en ellas mismas primero” lo viven como “egoísmo”. Se sienten verdaderamente mal.
Y yo he de desmentir esta creencia.
Ponerse en primer lugar ¡es un acto de amor propio!
Jorge Bucay, diría de que es un acto de autoestima o Alex Rovira diría que hay que ser sanamente egoísta.
Plantéatelo de la siguiente manera:
- Si tu no te respetas, ¿podrías enseñar a tus hijos a respetarse a sí mismos? (Créeme te iba a ser difícil, pues los hijos aprenden con el ejemplo)
- Si tú no te amas, ¿qué amor puedes dar al otro? (¿quizá un amor cargado de necesidad?)
- Si tú no te pones a ti en primer lugar, ¿cómo podrás satisfacer tus necesidades? (pues las necesidades del resto irán siempre antes que las tuyas)
¿Ves por dónde voy?
¿Entiendes la importancia de ponerse a sí mismo en primer lugar?
5. Sé auténtica/o
No recuerdo muy bien si fue en un libro de Antonio Blay Fontcuberta o en una de sus cintas que explicaba el siguiente ejemplo:
Imagina que llegas cansado/a de trabajar. Has tenido un día duro y lo que más te apetece en este momento es tirarte en el sofá y descansar.
Pero entonces, tu hija de 5 años que se te tira encima cuando llegas, te abraza y te pide que juegues con ella.
¿Qué es lo más auténtico que podrías hacer en ese momento?
¿Le dirías que no puedes jugar porque estás muy cansada/o y necesitas tumbarte o apartarías tu cansancio durante un rato y te pondrías a jugar?
Piénsalo bien.
Te daré la respuesta que Antonio daba:
Ambas respuestas pueden ser igual de auténticas, siempre y cuando elijas desde “tu centro”.
Tu centro es la combinación que surge de tu capacidad de acción, amor y consciencia.
Si estás centrada y alineado contigo, si eliges el sofá, será auténtico y si eliges jugar con tu hija, también lo será. Pues serás tú quien lo elegirá y no el miedo al qué dirán, tus juicios o las exigencias de los otros.
Ser auténtico/a no es fácil porque vivimos con el piloto automático puesto, así que antes de tomar cualquier decisión, toma una respiración profunda y trata de buscar en tu interior tu respuesta más genuina.
Ejercicio de regalo
Para acabar este artículo, me gustaría dejarte un pequeño ejercicio:
Toma papel y lápiz y escribe las respuestas a las siguientes preguntas
Si tú te pones en primer lugar, si tú aprendes a cuidar de ti,
- ¿qué cosas harías o dejarías de hacer?
- ¿Pensarías o dejarías de pensar?
- ¿Qué cosas incluirías en tu vida para las que ahora “no tienes tiempo”?
Algunos ejemplos que se me ocurren:
Podrías…
- Leer 15 minutos antes de irte a dormir
- Dejar de criticarte
- Apoyar tus decisiones
- Darte media hora al día sólo para ti
- Hacer activamente nada durante 5 minutos, 5 veces al día
- Pegarte un baño con sales minerales
- Etc.
Como siempre, la listas sólo funcionan si las llevas a cabo, por tanto, escoge lo más pequeño y fácil de tu lista y empieza hoy mismo.
¡Ahora mismo!
Porque sólo tú puedes ponerte en primer lugar para ti y, si tú no lo haces, no esperes que el resto lo haga.
¿Por qué no me cuentas en los comentarios de qué maneras cuidas de ti y te pones en primer lugar?
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