¿Cuántas veces te has hecho la pregunta de ¿qué hago con mi vida?
Cuando la realidad no se corresponde con las expectativas
Cuando tenía 18 años, quería ser directora en alguna empresa, así que me puse a estudiar Administración y Dirección de Empresa (ADE) en la universidad.
Tuve la suerte de empezar a trabajar en una multinacional mientras estudiaba, y así, pude ver y experimentar en carne propia, el mundillo empresarial.
Sin embargo y para mi sorpresa, al cabo de unos meses de estar allí, empecé a sentirme vacía.
¿Pero cómo era posible?
¡Si eso era lo que yo quería!
Estaba en una gran empresa, estaba estudiando ADE…tenía claro mi camino, ¿cómo podía ponerme a dudar?
Cuando las dudas te asaltan
Si en estos momentos estás dudando de lo que quieres en tu vida, te felicito.
Pues dudar es el primer paso para tomar las riendas de tu vida y coger tu responsabilidad.
Mis dudas respecto a mi trabajo y mis estudios hicieron que me tuviera que replantear, qué hacía con mi vida.
Y ahora puedo decirte que dudar es lo más normal del mundo.
De hecho, la duda te avisa de que “algo” no va del todo bien.
Sin embargo, el sentimiento de la duda puede ser un poco engorroso, porque tu cabeza se dispara.
Te pasas el día entero dándole vueltas a la pregunta ¿qué hago con mi vida? y a las infinitas posibilidades que podrían pasar.
Y al final, acabas agotada/o sin haber hecho absolutamente nada, para cambiar tu situación.
Pero yo te diría, date el permiso para dudar.
Está bien dudar por un tiempo, porque necesitas reflexionar.
Pasar de no saber qué hacer con tu vida a tener claridad al respecto, pasa por aceptar la duda como parte del proceso.
En el momento en que empiezas a dudar y/o a replantearte cosas, ya has dado un paso para salir de esa incómoda sensación de no saber qué hacer con tu vida.
Pero, igual que te digo que la duda es necesaria, también te voy a decir que tu objetivo es tomar una decisión.
Incluso podrías llegar a decidir NO decidir, y eso también es una decisión.
¿Qué hago con mi vida?
Pero si realmente quieres tomar una decisión para un lado o para otro, te voy a dejar algunas ideas que quizá te sirvan.
1. Juega a imaginar y prueba cosas diferentes
Justo cuando dejé la carrera de Administración y Dirección de Empresa, me sentía bastante perdida.
Había decidido estudiar terapia gestalt, pero no podía trabajar de ello todavía.
Así que pensé:
- ¿A qué me dedico?
- ¿Qué me gusta hacer a mí?
Juega a imaginar:
¿Cuál sería el trabajo de tus sueños?
Con 21 años pensé que podría ganar dinero como modelo de ropa para revistas.
Me hice un book de fotos y lo envié a un par de agencias, pero no me llamaron de ninguna de las dos.
También me gustaba bailar, así que me presenté a varios castings y en uno me cogieron.
Prueba cosas diferentes:
Probé a trabajar como azafata-transfer, traductora, guía y camarera.
Lo de traductora se me dió fatal porque querían un inglés comercial que yo no tenía, menos mal que sólo fue un trabajo de un día.
De azafata-transfer, estuve trabajando durante algunos mesos días sueltos, pero era muy pesado estar todo el día de pie.
De camarera empecé trabajando los fines de semana y una temporada incluso trabajé todos los días.
Y trabajé varios años como guía del Liceu de Barcelona.
Todos esos trabajos me enseñaron cosas que me gustaban y cosas que no mientras me formaba como Dietista y Psicóloga.
Por eso te recomiendo que juegues un poco.
Y después de haber jugado, te aseguro que tendrás una visión más clara de lo que sí y lo que no te gusta.
2. Hazte preguntas
No sólo te has de hacer la pregunta de ¿qué hago con mi vida?
Puedes hacerte otras preguntas que te ayuden a salir de tu “no sé”:
- ¿Cómo querrías que fuera tu vida de aquí a 5 años? (¿Qué estarías haciendo? ¿Con quién? ¿De qué trabajarías? ¿Dónde vivirías?, etc.)
- Si mañana te toca lo lotería y el dinero deja de ser para ti un problema, ¿qué harías?
- ¿Qué puedes hacer para disfrutar más de tu vida?
- ¿Cómo puedes dedicarle más tiempo a lo que te hace sentir bien?
- ¿Qué te está impidiendo ser feliz con lo que tienes ahora?
- ¿Tienes realmente que cambiar cosas o es tu manera de mirarlas y tu actitud lo que ha de cambiar?
Contesta a estas preguntas sin juzgarte, sin limitarte y deja que tu imaginación vuele.
La idea es que consigas visualizar esa imagen de tu vida “ideal”.
3. Si no sabes lo que quieres, puedes decidir lo que NO quieres
Hazte una lista con todas las cosas que NO quieres en tu vida.
Revisar algunas experiencias que hayas tenido, te puede ayudar.
Por ejemplo, yo me formé como Dietista y durante un tiempo estuve trabajando de ello.
Mi idea era poder mezclar la terapia y la nutrición y lo probé durante un tiempo, pero me era complicado.
Así que después de un tiempo decidí dedicarme sólamente a los temas de psicología, coaching y desarrollo personal y dejar de lado el tema de la Dietética y Nutrición.
La lista de lo que NO quiero podría ser:
- No quiero seguir en un trabajo que no me gusta
- No quiero vivir en la zona en la que vivo
- No quiero tener una vida tan estresada
Hacer esta lista, te ayudará a apartarte de las cosas que NO quieres en tu vida o a crear un plan de acción para evitarlas.
4. Supera el miedo a equivocarte
Conozco a personas que tienen mucho miedo a equivocarse o a dar un paso en falso.
Al final, aún y no gustándoles la situación en la que están, siguen en ella, porque son incapaces de decidir.
Si ese es tu caso te voy a proponer un ejercicio:
Durante la próxima semana, cada día hazte la siguiente pregunta:
¿Qué es lo peor de lo peor que me podría pasar si doy ese paso?
Y deja que tu mente responda sin restricciones.
Así descubrirás cuáles son tus miedos más primitivos y qué es lo que te impide avanzar.
A veces, la única manera de saber lo que quieres hacer con tu vida es equivocándote.
Por eso tienes que probar y experimentar para que tengas experiencias que te ayuden a dirigir o re-dirigir tu camino.
Puede que al probar distintos caminos, te descubras en alguno de ellos, disfrutando.
Y si el disfrute no llega:
- revisa tus resultados
- modifica el camino
- y ajusta la dirección
Pero también es importate lo siguiente:
Acepta el fracaso, el error o la equivocación como parte del proceso.
Eso sí, hay una cosa muy importante que nos decía Einstein:
¿Parece obvio verdad?
Pues a la hora de la verdad, se nos olvida.
No sabes qué hacer con tu vida y sigues haciendo lo mismo que haces cada día.
O incluso, lo intensificas, con la ilusión de conseguir un resultado distinto.
Si cada día te preguntas ¿qué hago con mi vida?
Ese pensamiento puede provocarte sentimientos de tristeza, decepción y frustración que pueden llevarte a “no hacer nada” para cambiar.
Si al día siguiente vuelves a pensar lo mismo…
Volverás a sentir lo mismo y volverás a hacer lo mismo…
por lo que difícilmente, tus resultados cambiarán.
Esto así explicado se entiende muy bien, pero dime, a nivel práctico:
¿Qué has hecho o pensado hoy de manera diferente a lo que hiciste o pensaste ayer?
5. Da el primer paso, por pequeño que sea
Hay una frase de Confuncio que me encanta:
Cuando imaginas un cambio en tu vida, puede que ante ti se dibuje una imagen completamente distinta de lo que es tu vida ahora.
Eso, por un lado está bien, si te motiva, pero por otro, si lo ves muy lejano, puede incluso llegarte a desmotivar.
Porque no ves el final del camino.
Aunque tengas un objetivo final muy diferente, plantéate HOY objetivos pequeñitos y asumibles en un corto período de tiempo.
Porque lo importante no es que consigas ya tu objetivo, sino que empieces a caminar y salgas del lugar en el que ahora estás y NO te gusta.
Da un paso y luego otro y después uno más.
Al cabo de un tiempo date la vuelta y valora todo lo conseguido.
6. Mantén tu motivación en factores internos
La motivación es algo que puede variar a lo largo del tiempo.
Para mantener la motivación más estable, apóyate en aspectos internos y no externos.
Un aspecto externo sería por ejemplo, conseguir un determinado trabajo de X en la empresa Y.
En los aspectos externos hay una parte que depende de ti y otra que no.
Por lo que si no consigues exactamente “ese trabajo” quizá tu motivación se derrumbe y dejes de perseguir esa vida que quieres.
Pero, si centras la motivación en algo interno, como por ejemplo, obtener conocimientos en un área determinada que te permita trabajar en un trabajo relacionado con lo que estudias, te será más fácil mantenerla.
Está claro que en la vida no se puede elegir todo y que hay muchas cosas que no dependen de tí.
Pero, yo prefiero tomar las riendas de mi vida a dejar que la vida me proponga lo que el azar decida.
Centrar la motivación en algo interno no significa que nunca vayas a flaquear.
Pero si eso te pasa, simplemente, permítetelo.
Luego,
- gestiona tus emociones
- recuerda el tipo de vida que quieres tener
- visualiza el tipo de persona en la que te quieres convertir
- y a agradece todo lo conseguido hasta el momento
y de esta manera, volverás a motivarte.
Pero, si la desmotivación es muy grande y te sigues preguntando ¿qué hago con mi vida? quizá necesites un poco de ayuda extra.
En ese caso, recuerda que una psicóloga-coach puede ayudarte a marcar objetivos y diseñar un plan de acción para conseguirlos.
Gracias¡ hoy leí tu post y me pareció bastante interesante. normalmente suelo replantearme que hacer con mi vida, LO IMPORTANTE es mantenerse motivada lo cual me cuesta.
Siempre he sido indecisa ahora voy a ir pasito a pasito hasta llegar a algo como dice el texto.
Hola Anie, claro que sí, como se suele decir “sin prisa pero sin pausa”. Muchos ánimos y ¡ya nos cuentas tu evolución! Saludos