¿Acostumbras a tener la sensación de que “algo” va a ir mal?
Si quieres, puedes escucharlo haciendo click en “Reproducir”:
Está claro que en la vida hay situaciones de todo tipo:
- unas más felices y otras más tristes
- unas más fáciles y otras agotadoras
- unas donde todo fluye y otras, donde parece que todo vaya mal.
Y esto forma parte de la vida.
La vida fluye y se producen diferentes cambios que provocarán en ti distintas emociones y grados de fluidez o dificultad.
Pero en este post me gustaría ayudarte a reflexionar sobre aquellos momentos o situaciones en los que tienes la sensación de que “algo” va a salir mal y, entonces, te predispones a “esperar lo negativo”.
¿A ti también te contaron que “es mejor NO pensar en que las cosas van a ir bien, porque si luego algo falla, como ya lo esperas, no te sorprende?
Y digo yo que una cosa es no montarse expectativas exageradas y otra pensar en que las cosas van a ir mal y prepararse para ello.
Por tal de protegerte ante algo malo e inesperado, te estás predisponiendo a que salga mal.
Y yo te pregunto:
- ¿Qué sucede cuando te focalizas en pensar que “las cosas van a ir mal”?
- ¿En qué crees tú que se va a fijar tu mente?
Claro, en cualquier indicio de algo negativo.
Y no sólo es que te focalices en lo negativo sino que, probablemente, te pasarás el día preocupada y ansiosa “por lo que pueda pasar”.
¿Cuáles son tus profecías negativas?
Una profecía negativa es un pensamiento de que algo malo o negativo va a suceder en un futuro cercano o lejano.
Por ejemplo:
- No voy a encontrar trabajo
- Aunque envíe un currículum no me van a llamar
- No hay personas en las que se pueda confiar
- Nunca voy a superar mi problema
- Jamás conseguiré lo que quiero
- Algo va a pasar que no voy a llegar a tiempo
- Mi jefe me echará bronca
- No me llamará
- No se acordará de mi cumpleaños
- Etc.
Hay tantas cosas que pueden ir mal que la lista podría ser interminable.
Pero ¿sabes qué?
Hay la misma probabilidad de que esas mismas cosas puedan ir bien.
¿Cómo conviertes las profecías negativas en realidades?
Imaginemos que tú esperas una llamada, sea de tu amiga, de tu pareja o de un posible trabajo y esa llamada, no llega.
Al menos HOY no llega.
Pero en vez de pensar en que HOY no ha llegado, la mente generaliza y considera que YA NO LLEGARÁ “NUNCA“.
La generalización es un proceso mental en el que a partir de un caso concreto, se generalizan las conclusiones a todos los casos parecidos.
Por ejemplo, si tú quieres algo y lo intentas 5 veces y no lo consigues, te rindes.
Para justificar tu rendición te dices “es que no lo voy a conseguir”.
Pero dime una cosa, ¿cuántas veces se cae un niño antes de aprender a caminar? ¿Cuántas?
¿Crees que el niño piensa: “no lo conseguiré”?
No creo.
Pero, tú como adulta creas tus profecías negativas y te las crees, las generalizas para otros aspectos de tu vida y luego te sorprendes porque las cosas van mal.
Te creas una realidad que proviene de una creencia que te dice “las cosas no pueden ir bien, siempre hay algo que puede salir mal”
Y aceptas una generalización como una verdad absoluta.
¿Sabes por qué esta creencia es tan común entre las personas?
Pues porque tiene parte de razón.
Como bien sabes, en la vida vas a pasar diferentes épocas. En algunas, las cosas fluirán sin más, y en otras, quizá tengas que superar más obstáculos, pero eso forma parte de la vida.
¿Sí?
Sin embargo, si generalizas de forma negativa, crearás en tu realidad aquello que dicta tu profecía.
Pero déjame decirte que las cosas también pueden ir bien.
Y aunque haya ciertas dificultades, tu manera de mirarlas, hará que las consideres como parte del camino de aprendizaje y no como verdaderas rocas que te impiden el paso.
Te propongo un experimento durante 1 semana
Cada mañana, haz tu lista de las profecías negativas que crees que pasarán ese día (cada día tendrás que hacer una lista nueva).
Y deja que el día transcurra normalmente.
No pienses mucho en tu lista, simplemente, déjala debajo de la almohada.
Por la noche, antes de irte a dormir, comprueba tu lista.
Repasa línea por línea lo que has escrito y chequea, ¿ha sucedido aquello negativo que tú pensabas que sucedería?
Si es que sí, escribes al lado de lo que pensaste “Sí” y si es que no, escribes “No”.
Comprueba si hay excepciones, es decir, ¿alguna de tus profecías negativas NO se ha cumplido?
En ese caso, ¿qué ha pasado?
Y trata de buscar una explicación.
Si encuentras esa explicación que hace que tus profecías negativas no se cumplan, te invito a que comentes en la parte de los comentarios tus conclusiones.
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