Hacer dieta se ha convertido en una obsesión.
Y los motivos que te llevan a ello pueden ser muy distintos, aunque principalmente, se suele hacer dieta para adelgazar.
En este artículo me propongo cuestionar tus motivos respecto al hacer dieta y bajar de peso para que puedas cambiar tu objetivo hacia un resultado más largo y duradero.
1. Cuestiona tus creencias
Estás influenciada por el bombardeo mediático en donde se ensalza la belleza, el vientre plano, las piernas esbeltas y ni un ápice de grasa.
Te “venden” la idea de que la mujer ideal tiene que tener un cuerpo perfecto y, si no encajas en esos cánones que la sociedad ensalza, entonces, piensas que te tienes que poner inmediatamente a hacer dieta.
Otras veces el motivo puede ser que no te gustas con el cuerpo que tienes y te pasas el día criticando lo mucho que comes o lo gordas o grandes que están algunas o muchas partes de tu cuerpo.
Hay incluso veces que, puedes llegar a creer que si no tienes un cuerpo delgado…
- no vales
- nadie te va a querer
- no eres deseable
- no eres bonita o atractiva
- etc.
Confundes el Ser con el Tener y pones tu valor personal en tu cuerpo.
Así que, te autoengañas y decides que vas a hacer dieta.
Y ahora me gustaría que pensaras en las veces que has decidido hacer dieta y me respondas a esta pregunta:
¿Para qué?
¿Cuál es la finalidad?
Y piénsalo bien, porque probablemente exista una falsa creencia que te dice que con el cuerpo que tienes…
…acaba tú la frase.
Y una vez la acabes, preguntate:
¿Cuál es tu “para qué”?
Porque yo no digo que no puedas tener un peso adecuado, pero si confundes tu peso con tu valor, no conseguirás bajar de peso, ya que habrá una parte de ti que boicoteará todos tus intentos.
Cuestiona tus “para qué” y trata de llegar a esas falsas creencias que te dicen que tal y como eres ahora no estás bien.
Eso es mentira, pero entiendo que para ti es una verdad, porque es lo que has estado creyendo durante mucho tiempo.
Incluso es posible que ya de pequeña te dijeran algo así y los niños, se lo creen todo.
Así que para y reflexiona: ¿para qué quieres hacer dieta?
2. Consigue un Acuerdo Interior
Existe una parte de ti que quiere ser aceptada, querida, valorada…y está convencida que para que eso suceda la única alternativa que tiene es hacer dieta y bajar de peso.
Existe otra parte de ti que se rebela contra esta teoría y hará lo que esté en sus manos para que no consigas tu objetivo.
Y mientras exista esta lucha, podrás empezar todas las dietas que quieras, puede que incluso consigas bajar de peso durante un tiempo, luego, si dejas la dieta, recuperarás el peso.
O bien, te entrará tanta ansiedad que te darás “atracones” de comida donde recuperarás los kilos perdidos durante la semana anterior.
Puede que tengas también, períodos de super restricción en la comida y otros donde todo te de igual y comas sin ningún control.
Y esto puede durar hasta el infinito, porque la base por la que tú decides hacer dieta es equivocada.
Cuando seas capaz de separar tu valor personal de tu aspecto físico y, si necesitas ayuda para ello, puedes contar conmigo, entonces podrás hacerte la siguiente pregunta:
¿Qué tiene mejores resultados, hacer dieta o cambiar hábitos?
Como dietista y psicóloga, te puedo asegurar que el cambio de hábitos tiene resultados más duraderos.
Por lo que , tendrás que conseguir un acuerdo interno.
En ese acuerdo ambas partes tendrás que ponerse de acuerdo para conseguir un mismo objetivo que será olvidarse de “hacer dieta” y enfocarse a cambiar tus hábitos alimentarios.
Conseguir este acuerdo no siempre es fácil, así que te propongo un sencillo ejercicio para que puedas realizar esta “conversación interna” y llegar a este acuerdo.
Coge 2 bolígrafos de 2 colores distintos y decide qué color representará a cada parte. Y vamos a imaginar que partimos de la base de una creencia equivocada.
Por ejemplo:
- Bolígrafo azul: parte que quiere hacer dieta
- Bolígrafo rojo: parte que no quiere
- Objetivo de la conversación: llegar al acuerdo de, en vez de hacer dieta, cambiar hábitos alimentarios.
Empieza a escribir los motivos por los cuales cada parte quiere algo distinto. Probablemente, aquí te surgirán las creencias equivocadas.
Ves desarrollando la conversación entre las dos partes explicando los motivos de cada una y cambiando de color en función de la parte que se esté expresando.
La comunicación y la comprensión de ambas partes, te ayudará a conseguir ese acuerdo interior.
3. Come de todo pero de manera equilibrada
Mi formación como dietista se basa en la dieta mediterránea y en la pirámide nutricional.
En mi caso personal he evolucionado a una dieta rica en frutas y verduras con poco consumo de carne o pescado.
Pero la idea es que comas de todo pero que puedas combinar:
- Carbohidratos: pan, cereales, pastas, patata…
- Proteínas: carne, pescado, huevos, legumbres…
- Grasas: incluídas en los alimentos protéicos, aguacate, aceite de oliva…
- Frutas y verduras: judías, espinacas, manzanas, peras…
- Semillas: pipas de calabaza, girasol, lino…
Y que las cantidades no sean excesivas.
Si consideras que comes demasiada cantidad, empieza por servirte lo que te comerías en el plato y luego, retira una cucharada.
4. Evita las prohibiciones
Cuando haces dieta, hay muchas restricciones y el problema de las prohibiciones es que cuanto más te prohíbes comer algo, más irresistible se vuelve.
Hay alimentos que por su alto contenido en azúcar y/o calorías no entran en tu mente cuando te pones en “modo dieta”, pero como ya hemos acordado que no estás haciendo dieta sino cambiando hábitos, mi consejo es que te permitas comer de todo, pero controlando la cantidad.
Por ejemplo, puedes comer un bombón o un trocito de chocolate una vez al día si te viene el deseo, pero NO más de esa cantidad.
Si te lo permites, puede que un día NO te apetezca el chocolate y puedas NO comerlo, pero si no te permites al cabo de un tiempo puedes acabar comiéndote una tableta de chocolate entera.
¿Ves la estrategia?
5. Concédete otros placeres
La comida es una de los grandes placeres que tenemos y, las cosas dulces, otro.
Hay personas a las que su gama de placeres se ha quedado tan limitada que la comida se ha convertido en su mayor placer y esto es un problema.
¿Por qué?
Pues porque bien sea para recompensarte o para consolarte, la única estrategia que tienes es la de comer.
- ¿Te sientes triste? Comes
- ¿Tienes ansiedad? Comes
- ¿Quieres valorar algo que has hecho bien? Comes
- ¿Quieres darte un placer? Comes
La misma solución a diferentes situaciones.
Hay que cambiar las soluciones y darte otro tipo de recomensas y estrategias para gestionar tus emociones.
- Si te sientes triste, podrías llamar a alguien para desahogarte
- Si tienes ansiedad, podrías hacer algún ejercicio de mindfulness
- Si quieres recompensarte, podrías comprarte algo pequeño o hacer algo que te guste mucho (como un masaje, un baño con sales…)
Empieza desde ya a darte otros placeres y a gestionar aquello que va sucediendo en tu vida con otras alternativas de respuesta.
6. Introduce algo de ejercicio en tu vida, pero algo que te guste
Lo importante de introducir el ejercicio en tu vida es mantenerlo y, la única forma posible de mantener algo, es cuando lo disfrutas.
Si no te gusta correr, correrás el primer día y puede que la primera semana, pero siempre encontrarás una buena excusa para no salir.
Sin embargo, si te gusta caminar, puedes dar largos paseos de 1h y planificar diferentes rutas.
Si no te gusta ir al gimnasio, pero te gusta bailar, ¿por qué no te apuntas a alguna escuela donde enseñen a bailar? Salsa, bachata, contemporáneo, jazz…
Elije algo que te guste, que disfrutes. Eso es lo importante.
Porque será tu propio disfrute lo que te ayudará a mantener tu cuerpo activo y ese es un hábito muy saludable.
Resumiendo,
Cuando cambias hábitos, te estás poniendo a ti y tu salud en primer lugar, comes bien para estar sana, haces ejercicio para flexibilizar tu cuerpo y este planteamiento, es diferente al de hacer dieta, y es mucho más fácil de llevar a cabo.
Y, lo más importante, más fácil de mantener en el tiempo.
Si lo haces, conseguirás harmonía entre tus partes.
Y, paso a paso, y sin esfuerzo, gozarás de un cuerpo más sano.
Y este, es uno de los actos de amor que puedes hacer por ti.
Cuidar de ti.
No para conseguir tener un cuerpo perfecto, sino para sentirte bien contigo mism@.
Y disfrutar más de tu día a día.
Tu cuerpo te lo agradecerá, dándote salud y evitando enfermedades.
¿Todavía tienes alguna duda entre hacer dieta o cambiar hábitos?
Si ya estás en el proceso de cambiar hábitos, puedes contarnos en los comentarios del artículo cómo lo estás consiguiendo, qué cosas te ayudan y qué dificultades encuentras.
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