¿Por qué “aguantas” en una relación tóxica?
Muchas mujeres y quizá también hombres han escuchado las típicas frases de:
- Los hombres o las mujeres son diferentes, tienen otros problemas y otras necesidades…por eso hay que aguantar
- Tienes que ser buen@ y paciente
- Tienes que tomarte las cosas con filosofía, es decir, darle otra oportunidad “más” a tu pareja
- Tienes que intentar ayudarl@, comprenderl@ y amarl@ tal y como es
Y muchas veces, “por amor”, puedes llegar a aguantar a una persona que más que amor, lo que te da es dolor de cabeza y sufrimiento, pero que, debido a esas creencias, eres incapaz de dejar.
Esta incapacidad de luchar por ti mism@ te puede llevar a conductas improductivas, como, por ejemplo:
- Ahogar las penas con el alcohol o las drogas
- Salir de marcha sin parar
- Volverte adict@ al trabajo
- Tener un amante
- Gastar dinero compulsivamente
- Etc.
O muchas otras estratégias que sólo disminuyen tu autoestima y tu dignidad, con la intención de no enfrentarte a la verdadera realidad.
Y si además te llegan los consejos equivocados como:
- no vas a encontrar a nadie
- “es mejor lo bueno conocido, que lo malo por conocer”
- es muy arriesgado, el futuro es incierto
- es de insensatos tirar por la borda todo lo construído en la relación
Empiezas a dudar. ¿Estaré tomando la decisión adecuada?
Te pongo un ejemplo que leí en el libro de Rosetta Forner:
Imagínate que haces una comida con calamares.
Cuando ya está hecha, te das cuenta de que los calamares que has utilizado están en mal estado…
Lo lógico sería tirar esa comida a la basura
¿no?
¿O te lo comerías sabiendo que te va a hacer daño?
Pero fíjate,
eres capaz de “comerte” una relación por años,
sin importarte el daño que esto supone
a tu estado mental, a tu persona y a tu corazón.
Seguir en una relación que te daña
Cuando continúas con una persona que no te valora, te critica y no te tiene en cuenta entras en un proceso de “quiebre interno”.
- Tu autoestima se cae y tu dignidad, también.
- Empiezas a dudar de ti
- Y pierdes tu fuerza interior
- Puedes incluso entrar en una depresión
Y te lo digo por experiencia…
Entonces, durante un tiempo puedes incluso llegar a pensar que esas críticas que el otro te suelta,
quizá son verdad
y que el problema está en ti,
que no sabes “aceptar al otro tal como es”…
Así de triste es, pues te pones la culpa de algo que no tiene que ver contigo.
Si has leído algunos comentarios de mi blog,
comprobarás que el hecho de que sucedan estas cosas
está todavía a la la orden del día,
es decir,
sigue sucediendo demasiadas veces.
Te pones excusas para seguir con un o una “medigo/a emocional” y puedes llegar a creer que:
- Tienes que quererl@ más y así cambiará
- Tu sufrimiento “No es para tanto”
- Él o ella es un hombre o una mujer “duro/a”
- Él o ella “necesita ayuda” por eso se comporta así
Tu vida se vuelve triste,
vacía,
distante de tu pareja,
repleta de peleas que no llegan a ningún lado
y empiezas a renunciar a ti,
a tus deseos,
a tus necesidades
y a tus sueños
Hasta que llega un momento en que, o te eliges a ti o te mueres por dentro.
La decisión de apostar por ti
Una vez tomada la decisión de separarse de esa relación que te daña,
es muy importante que la termines también en tu corazón.
Porque muchas veces sucede que esperas al separarte
que la otra persona “se dé cuenta” de lo que ha perdido,
y en realidad, tienes el deseo oculto de que vuelva corriendo a recuperarlo ( o recuperar”te”).
Y eso, normalmente, no funciona.
¿Por qué?
Si después de romper una relación te sigues relacionando con tu ex pareja,
ésta no entiende que la separación haya tenido nada que ver con él o ella.
No lo asocia.
¿Por qué te querrías seguir relacionando sino con alguien de quien te has separado?
No tiene mucho sentido, ¿lo ves?
Y es un error que se comente demasiadas veces.
Lo confieso, yo también lo cometí.
Claro que hay diferentes tipos de relaciones y rupturas.
Pero en este artículo estamos hablando de esas relaciones tóxicas.
El problema en este caso es la incapacidad de “terminar” tu relación
y entonces sigues en una relación que te sigue lastimando.
Recoger lo aprendido,
recuperar los trocitos de tu corazón roto
y empezar a caminar para otro lado no es nada fácil
y requiere de tiempo y mucha paciencia.
Pero es necesario.
Lo ideal en estos casos es que consigas recoger el aprendizaje que esa relación te ha dado
y puedas luego “soltar”,
para empezar a apostar por ti
y por un futuro distinto.
Justo después de una ruptura,
es uno de los momentos perfectos para trabajar en ti,
para conocerte
y recuperar esa fuerza interior
que te ha llevado a tomar una decisión acertada.
Este tiempo de soledad e introspección es muy valioso
y te evitará el volver a caer en manos de la persona equivocada.
Pero no creas que es un perídodo fácil,
tendrás que enfrentarte también con tus fantasmas.
Y hay uno que da muuuucho miedo: el fantasma de la soledad.
Es en esa soledad en la que puedes empezar a dudar de tu decisión
y creer equivocadamente que,
si le echas de menos es que quieres volver con tu pareja.
No, no es así.
Aproximadamente, el año posterior a una ruptura:
- Vas a echarl@ de menos
- Vas a acordarte de los “buenos” momentos
- Y casi a olvidar los motivos por los que te separaste.
A mis clientes, siempre les recomiendo que se escriban una carta con los motivos que le han llevado a tomar la decisión de separarse cuando los tienen frescos,
porque durante el proceso de duelo,
los olvidan.
Y es que parece paradójico que llores,
te sientas triste
y eches de menos a una persona de la que
tú has decidido separarte.
Pues sí, lo es, y a la vez, tienes que entender que forma parte del proceso de encontrarte contigo.
Así que tómatelo con calma.
Y, mientras tanto, aprende a poner límites para no volver a seguir en una relación que te daña.
Si aprendes, podrás poner un límite mucho antes de que se vuelva tóxica.
Para ello, aquí te dejo mi guía gratuita:
Deja una respuesta