¿Son útiles los pensamientos positivos?

Los pensamientos positivos pueden subirte la moral o bien, dejártela por los suelos.

Depende de cómo los utilices.

¿Qué es un pensamiento positivo?

Es una idea o representación de la realidad desde un punto de vista optimista.

La tendencia a percibir lo que sucede desde una actitud favorable, en la que se resaltan los beneficios y se minimizan los aspectos negativos.

¿Significa eso que se niega la realidad?

No.

Imagino que ya conoces el ejemplo del vaso de agua.

Si tú ves un vaso de agua por la mitad.

• Si tienes pensamientos positivos o tienes una actitud optimista,
  verás el vaso de agua “medio lleno”.
• Si tienes pensamientos negativos o tienes una actitud pesimista,
  verás el vaso de agua “medio vacío”.

Y como los pensamientos afectan directamente a tus emociones,
podrás deducir que:

Cuanto más positivos sean tus pensamientos,
más emociones positivas tendrás.

Y cuanto más negativos sean tus pensamientos,
peor te sentirás.

¿Por qué tenemos tantos pensamientos negativos?

En la época de nuestros ancestros,
vivíamos en entorno hostiles y peligrosos.

En cualquier momento,
aparecía un animal salvaje y tu vida pasaba a depender
de tus capacidades físicas para escapar
y de tu inteligencia para huir o esquivar.

En ese ambiente,
era lógico que la mente se dedicarar a tratar de valorar cualquier señal de alarma.
Si conseguía predecir los peligros,
conseguiría vivir más.

Ese cerebro que dominaba en muchas ocasiones,
es lo que se llama cerebro reptiliano,
y es el encargado de nuestra supervivencia.

Hoy en día vivimos en entornos mucho más seguros,
pero nuestro cerebro reptiliano sigue buscando cualquier señal de peligro.

Y por eso,
nos llena con millones de pensamientos negativos cada día.

¿Por qué es difícil cambiar los pensamientos negativos?

Por la repetición.

Cuando durante un tiempo largo repites un pensamiento negativo,
éste se convierte en un hábito.

Y cuando un hábito se instaura,
éste se vuelve automático.

Tienes tu hábito tan incorporado que ni siquiera te das cuenta de ello,
simplemente,
te levantas y tu programa de “quejas” se activa automáticamente.

Las quejas habituales suelen estar relacionadas con, por ejemplo:

• Todo lo que todavía te falta
• Lo complicado que puede ser una tarea o situación
• El esfuerzo que tienes que hacer
• La dificultad de una situación, persona o problema
• Etc.

En realidad, te puedes quejar absolutamente de todo, pero,

• ¿es útil?
• ¿para qué te sirve?

Si además, toda queja te hace sentir mal…

¿Qué sentido tiene?

Pensamientos negativos: un hábito inconsciente

Piensalo así.

Si ante una situación tu pudieras elejir cómo verla,
¿elegirías verla negra, oscura y sin futuro o,
realista (sin negar lo que es),
optimista (en el sentido de sacar un aprendizaje) y
con posibilidad (siempre que la haya) de buscar soluciones?

¿Qué elegirías tú?

Y ahora me dirás,
pero Miriam,
que yo no puedo elegir.

Y aquí tengo que decirte que te equivocas.

Todos podemos elegir,
pero lo hemos olvidado.

Tu programa automático funciona sin que tú te des cuenta
y por eso CREES que no puedes elegir.
Pero es falso.

Lo que pasa es que los pensamientos positivos no son fáciles de elegir.

Los programas automáticos negativos de tu mente llevan tanto tiempo funcionando que ahora,
ni te das cuenta de que tu tendencia como primera opción,
es la de mirar hacia lo negativo.
Recuerda que se ha convertido en un hábito.

Cuando aprendes a conducir, ya no prestas atención a cómo se hace,
sino que lo haces automáticamente y sin pensar en ello.

Pues así de natural surge todo tu repertorio de insatisfacción, infelicidad y queja provocado por tu mente.

Un hábito repetido en el tiempo se convierte en una forma de Ser. 

Y lo peor de todo es que vivimos rodeados de personas que hacen exactamente lo mismo:
quejarse,
pensar en lo peor,
cultivar mucho el miedo…
estamos tan acostumbrados,
que ya lo vemos como lo más normal del mundo.

Y NO lo es.

Por eso tener pensamientos positivos puede ser más difícil de lo que en un principio parece.
Sería como desaprender a conducir,
para aprender a hacerlo de una manera diferente.

Es decir,
aprender a darse cuenta de los pensamientos negativos que tienes,
para “crear” o “elegir” pensamientos positivos que sean más útiles para ti.

La utilidad del pensamiento positivo 

¿Por qué es “útil” pensar en positivo?

Pues porque te va a ayudar a afrontar los desafíos que la vida te proponga.

Te pondré un ejemplo:

Imagina que te echan del trabajo o no te va bien algún negocio que hayas emprendido.

¿Qué diferencia hay entre estos pensamientos?

• Ya no voy a poder recuperarme de este revés que me ha dado la vida. Estoy acabado.
• Esto no ha salido como esperaba. Voy a ver qué puedo aprender de la situación y mejorarlo.

¿Qué emociones crees te generará cada uno de estos pensamientos?

Imagino que lo ves claro, no.

Pero esto que te explico aquí con un ejemplo super sencillo,
pasa millones de veces en tu mente.

Y si no estás atenta,
caes en tu hábito automático.

Por eso,
para aprovecharte de los pensamientos positivos,
primero has de estar decidido a “elegirlos”

Y luego,
ya será cuestión de práctica.

¿Fácil?
No.

¿Imposible?
Tampoco.

Diferencia entre pensamientos positivos “realistas” y “fantasiosos”

Sé que hay mucha gente en contra de la corriente del “pensamiento positivo”.
Y esto es porque desde algunas disciplinas y algunos gurús,
se ha mal-interpretado la utilidad de pensar en positivo.

Una cosa es pensar en lo que te gustaría tener, hacer o ser en un futuro
y otra es creer que por SÓLO POR PENSARLO vas a conseguirlo.

Eso sería como creer que,
aunque estés sentado en tu sofá sin buscar trabajo
te van a picar a la puerta para ofrecerte el trabajo de tus sueños
sólo porque lo has pensado.

No.

El pensarlo te ayuda a aclarar lo que quieres,
y el visualizarlo, te proporciona el sentimiento,
pero luego te has de levantar del sofá
y ponerte en movimiento.
Es decir,
tienes que ACTUAR.

Si no actúas, estás teniendo un pensamiento fantasioso.
Si actúas, te estás acercando a tu meta,
paso a paso,
y el pensamiento positivo te ayudará a conseguirla.

3 consejos para “elegir” pensamientos positivos

1. Estar presente

¿Dónde estás “TÚ” cuando tu mente se está quejando?

Normalmente, pasas los días por inercia.
Tienes tantas cosas que hacer que te olvidas de estar presente.

Presente significa que eres tú quien conduce y estás atento a aquello que sucede en el aquí y el ahora.

Pero si tu mente no para de quejarse,
pensar en negativo,
mirar lo que falta…

Te aprisiona en una especie de espiral y te saca de tu presente.

Por eso, has de conseguir parar,
ni que sea un momento,
para tomar una respiración profunda
y ponerte en la postura del observador…
del observador de tu mente.

El Mindfulness es un método que te ayuda a realizar esta observación.

A darte cuenta de que tú no eres lo que piensas
 y a identificar el tipo de pensamientos que tienes.

Para ello te dejo aquí mi minicurso gratuito de Mindfulness:

2. Cuestionar los pensamientos negativos o no elegirlos

Cuando eres capaz de “observar” esos pensamientos negativos,
es más fácil cuestionarlos.

Una vez los has identificados, es necesario que te los cuestiones,
porque si no te cuestionas lo que tu mente te dice
das como verdadero algo que,
probablemente,
es falso. 

Y creéme, esto lo veo cada día en mis clientes.

En general, las personas tienen un crítico interno o un tirano que
o bien se dedica a quejarse del mundo estableciendo profecías negativas
o se pasa el día criticándo y desvalorando las cosas que haces.

Otra opción es decidir no quedarte atrapada en esa crítica, queja o desvaloración.

3. Crea pensamientos positivos que sustituyan a los negativos

Por ejemplo,

Imagina que te pillas pensando en lo que te falta (o quejándote de ello)

Eliges un pensamiento positivo alternativo realista como por ejemplo,
Pensar en lo que ya has conseguido, aunque sea pequeño.
Dirige tu mente hacia eso pequeño que SÍ tienes y disfrútalo.

Imagina que te pillas pensando en lo mal que está todo

Puedes elegir pensar en las cosas buenas que van a suceder a partir lo que estás aprendiendo con esa situación

o puedes agradecer a la vida ese pequeño pasito, esa lección, ese pequeño regalo que, en el fondo, vale tanto.

Te dejo este vídeo donde te resumo los 3 pasos.

Lo importante no es la meta, sino el camino

Yo creo que en la vida hemos venido a aprender una serie de lecciones
y una de ellas es a elevar nuestra consciencia y a tratarnos bien.

Esa lección no se aprende de un día para otro,
por eso,
no es cuestión de conseguir una meta determinada sino de disfrutar del camino.

Agradece el hecho de estar en el camino correcto,
de ir en dirección hacia aquello que quieres y hasta te diría,
sin aferrarte demasiado en conseguirlo.

Pensar en positivo es un proceso
porque tienes que cambiar muchos pensamientos negativos
que ni siquiera sabes que tienes.

Está bien que te lo propongas como objetivo,
pero tampoco te castigues si
después de estar una semana o un mes eligiendo  pensamientos positivos,
un buen día te vuelves a pillar en tus viejos hábitos.

Piensa que llevas muchos años pensando “mal” o creyendo cosas falsas,
así que tómatelo con calma,
¿vale?

Céntrate en aquellas pequeñas cosas que te hacen sentir bien,
aquellos pequeños logros que vas consiguiendo en tu día a día
y trata de mantener a raya a tu mente,
siempre que te sea posible.

Sé paciente contigo, cuando no lo consigas.
De esta manera, podrás disfrutar de tu camino.

¿Cuál es la mayor dificultad que tienes a la hora de elegir tus pensamientos negativos?

¿Me lo cuentas en la parte de los comentarios?