¿Conoces los peligros de ayudar al otro?
Ayudar a otra persona es algo que surge de manera natural, pero:
- ¿Te ha pasado alguna vez que, cuanto más ayudas al otro más dependiente se vuelve de ti?
- ¿Qué en vez de mejorar después de recibir tu ayuda, sigue igual o peor?
Me encanta la frase de Oscar Wilde que dice:
Y resalto lo de “con las mejores intenciones” porque en general, las personas suelen actuar con muy buena intención, el problema es que sólo piensan en el corto plazo.
Con este artículo me propongo que entiendas el motivo de por qué una acción que puede considerarse adecuada en el corto plazo pero, NO serlo a largo plazo.
Contenidos
Los peligros de ayudar al otro
Peligro 1: Hacer al otro más incapaz
Imagina que hay una persona a la que aprecias y que le cuesta realizar algo por sí mismo.
Puede ser una amiga, tu pareja, un hijo…
Cada vez que necesita hacer algo, te pide ayuda.
Tú, con tus mejores intenciones, facilitas el proceso, haciendo lo que te pide.
Puede ser cualquier cosa, por ejemplo:
- realizar una tarea
- iniciar una conversación
- preparar un proyecto
- etc.
Cuando el otro te pide ayuda constantemente, lo hace porque en el fondo “cree” que no es capaz de hacerlo solo.
Y te pide ayuda a ti porque te considera más “capaz” que él/ella.
Si ayudas a esta persona una vez, no hay ningún problema.
Nadie nace enseñado y hay que mostrar al otro cómo se pueden hacer las cosas.
Pero,
Si tu ayuda se mantiene en el tiempo, me gustaría que te plantearas estas preguntas:
- ¿Cómo se siente la persona justo después de recibir tu ayuda (es decir, a corto plazo)?
Imagino que contenta, agradecida, feliz…
- ¿Cómo te sientes tú?
Supongo que satisfech@ por haber podido ayudar a esa persona a la que aprecias y haberle facilitado el camino.
Ahora, piensa ahora en el largo plazo:
- ¿Qué pasará la próxima vez que la persona, a la que como norma general ayudas, quiera hacer algo por sí mism@?
- ¿Crees que se sentirá más o menos capaz de hacerlo sola?
Exacto.
Cada vez que ayudas a una persona a hacer algo que ha de hacer o aprender a hacer por sí mism@, estás contribuyendo, sin darte cuenta a hacerla sentir más incapaz.
Porque el sentimiento de capacidad, de saber que uno puede te lo da la propia experiencia, NO la experiencia del otro.
No sirve que tú hagas para que el otro se sienta capaz.
No funciona así.
El otro se sentirá capaz en la medida en que haga.
- Quizá se equivoque y tenga que hacerlo de nuevo
- Quizá le cueste un tiempo adquirir esa nueva habilidad.
Pero será su propia experiencia la que le llevará al aprendizaje y a la autoconfianza.
Por eso es importante tener en cuenta los peligros de ayudar al otro.
Peligro 2: Hacer al otro más insegur@
Imagina la misma situación que en el ejemplo anterior.
El otro se siente insegur@ y como tiene miedo a equivocarse, te pide ayuda o te dice si lo puedes hacer “por él/ella”.
Con tus mejores intenciones y el deseo de ayudar a esa persona, haces por él o ella algo que le da miedo.
Igual que en la situación anterior, si ésto sucede puntualmente, por supuesto que podemos ayudar o acompañar a esa persona.
El problema surge cuando esa petición de ayuda se convierte en norma y no en excepción.
Ahora dime, si cada vez que la persona tiene miedo o se siente insegura, tú le ayudas:
- ¿Qué pasará la próxima vez que tenga que hacer algo que le dé miedo?
- ¿Se sentirá más seguro o más inseguro de hacerlo?
Imagino que ya sabes la respuesta.
Los miedos se superan mirándolos a la cara, afrontándolos y no dejando que otros los afronten por nosotros.
Por eso, si realmente quieres ayudar al otro, piensa en los peligros de ayudar al otro, y deja que el otro se enfrente a aquello que teme.
Esa es la mejor manera de ayudarl@.
Peligro 3: Mantener su problema
Este peligro es la consecuencia de los dos anteriores.
Te pondré un ejemplo.
Imagina una persona que tiene ansiedad cada vez que tiene que ir a comprar.
Por eso, nunca va sola y siempre espera al fin de semana o a que su marido venga de trabajar para ir a comprar con él.
El marido, viendo lo mal que lo pasa su mujer y con sus mejores intenciones, siempre va a comprar con ella.
Visto así, uno podría pensar que es un marido ejemplar, pero, si piensas a largo plazo…
- ¿cuánto está esto ayudando eso a que su mujer supere su problema?
No mucho.
Porque ella consigue evitar afrontar su angustia.
Y su marido, sin saberlo, está ayudando a que su problema de ansiedad se mantenga.
Así que una vez más te recuerdo, ten cuidado con la ayuda que le ofreces al otro, pues podrías estar manteniendo su problema de fondo.
Otro ejemplo:
Muchas clientas vienen quejándose porque sus maridos “no ayudan en casa”, es un ejemplo típico.
Pero cuando yo les pregunto ¿qué hacen ellas?
Me suelen decir que “como no lo hace bien, al final, acaban haciéndolo ellas”
¿Qué dinámica está sucediendo aquí?
- La mujer en este caso, le está enviando un mensaje de “lo hago yo porque tú eres capaz”
- El hombre, se siente más inseguro porque si alguna vez lo ha intentado, “no ha estado suficientemente bien” para su pareja y al final, decide no hacerlo.
- Esta combinación de comportamientos entre ambos acaba manteniendo el problema.
Piensa en el largo plazo
Hay un dicho popular que dice:
“Si le das a una persona un pez para comer, tendrá comida para ese día, pero si le enseñas a pescar, tendrá comida para el resto de su vida”
Esa es la idea de pensar a largo plazo o de evitar los peligros de ayudar al otro.
- Si el otro necesita que le digas qué tiene que hacer, enséñale a pensar por sí mism@
- Si el otro tiene un problema, ayúdale a buscar sus propias soluciones
- Si el otro dice que no es capaz, anímalo a que lo intente
- Si el otro dice que tiene miedo, ayúdale a afrontar su miedo
La idea que has de tener siempre en mente es:
“No hagas por el otro lo que puede hacer por sí mismo”
Y si ves que sol@ no puede, céntrate en “ayudarle a poder”, pero no en hacerlo por él o ella.
De esta manera, conseguirás devolverle la confianza en sí mism@.
Si esta situación de ayudar al otro se ha mantenido durante mucho tiempo, es posible, que la inseguridad sea muy grande y necesites una ayuda extra, en ese caso, que sepas que puedes contar conmigo.
Deja una respuesta