Según Louann Brizendine, autora del libro “El cerebro femenino”,
“la puesta en marcha sexual de la mujer empieza con una desconexión del cerebro”
Y ahora yo os pregunto:
¿Cuál es vuestra facilidad a la hora de “desconectar” el botón de los pensamientos, y dejaros sentir?
Louann continúa diciendo:
“Los impulsos pueden correr hacia los centros de placer y disparar un orgasmo sólo en el caso de que la amígdala, centro del temor y la ansiedad del cerebro, esté desactivada. Antes de que la amígdala haya sido desenchufada, cualquier preocupación del último minuto – trabajo, niños, compromisos, servir la cena, poner la mesa- pueden interrumpir la marcha hacia el orgasmo”.
Y por último:
“El hecho de que una mujer requiera este paso neurológico extra puede explicar por qué tarda un tiempo promedio, de tres a diez veces más largo, que el hombre corriente en alcanzar el orgasmo”.
Por este motivo, la puesta en marcha sexual de la mujer es más lenta.
Porque tenemos que desenchufar el “botón” de la amígdala, ¡antes de tener relaciones!
Y esto, es importante saberlo, porque, sino, podríamos pensar:
- Que no tengo suficiente deseo sexual
- Que soy frígida
- Que soy rara
- Que soy diferente
- Que tengo algún problema
- Que no sé disfrutar del sexo
Nada más equivocado…
Pero, quizá, si no tenemos controlado a nuestro tirano mental, podría agobiarnos mucho.
¡Hay que desenchufar la amígdala!
Porque esa es la manera de equilibrar la puesta en marcha sexual de la mujer, con la del hombre.
Claro, y ahora la siguiente pregunta que surge es:
¿Y cómo la desenchufo?
Y, mi recomendación es: ¡creatividad al poder!
Tenemos que conocernos personalmente, para poder saber qué me ayuda “a mí”, a desconectar de la cabeza.
Aún y así, te daré algunas opciones que, quizá, te sirvan:
- Si tengo algo pendiente por hablar con mi hombre, es mejor hablarlo antes de la relación sexual, para que esta “necesidad de comunicación” no me interrumpa en el momento inadecuado.
- Si estoy cansada, puedo pedir, como inicio de la relación sexual, un pequeño masaje para relajarme y cambiar el chip. Esto me ayudará a predisponerme para disfrutar de lo que viene.
- Podría también, por ejemplo, darme un espacio personal (antes de la relación) para coger lápiz y papel y escribir todas mis inquietudes y preocupaciones.
- Una cosa muy importante, es bloquear todos los pensamientos negativos que pueda tener “durante” la relación sexual y para eso puedo tener como una especie de “frase”, tipo “ahora no”, que puedo decirme mentalmente, y apartar esos pensamientos, para pensar en ellos más tarde o en otro momento.
Y, si aún con todas las estrategias que hago, no consigo desconectar, puedo comunicarlo.
“Lo siento, estoy preocupada, no consigo desconectar…”
Y ahí, dependerá del tipo de relación que tenga, que podré dar más o menos explicaciones.
Pero, lo importante es recordar que la puesta en marcha sexual de la mujer es diferente que la del hombre y, que nosotras, necesitamos más tiempo.
Si lo recuerdo, conseguiré tratarme a mí misma con más cariño y comprensión, también, en estos momentos.
¿Qué haces tú para desenchufar tu amígdala?
Te animo a compartir, porque, aquello que a ti te sirve, puede servir a otras mujeres.
Deja una respuesta