Decir no cuesta.
Y cuesta más si eres una persona respetuosa que tiene en cuenta al otro.
A veces, incluso quieres decir no.
Pero sin poderlo evitar,
de tu boca te sale un “sí”.
Otras veces,
en vez de decir no,
Sonríes.
O te callas.
También pueden haber miedos de por medio.
A las broncas.
Al rechazo.
Al abandono.
A que te juzguen.
A perder la relación…
La lista es interminable.
¿Por qué es tan difícil decir no?
De pequeños nos enseñan que tenemos que ser respetuosos y “buenos”.
¿Y qué significa “ser buenos”?
Seguir las normas.
Hacer lo que digan los padres.
No rebelarse.
No discutir lo que dicen los adultos…
A esto súmale que, como niño o niña, seguro que te has rebelado.
¿Qué experiencia tienes respecto a decir no?
¿Aceptaron de buen agrado tu opinión o tu negación a hacer algo que te pedían?
¿Se ha cuestionado tu rol como hija/amigo/pareja…por decir no?
Una historia que marcó mi adolescencia
Yo recuerdo una experiencia que, para mí, marcó mi adolescencia.
Yo soy más de letras, lo que significa que las clases de física me costaban muchísimo.
Incluso tuve que tener refuerzo porque no era capaz de entender los problemas.
La profe nos había mandado entregar todos los problemas de una lección.
Y yo me tiré como un par de semanas con clases particulares incluídas para poder hacerlos.
El día antes de entregar los ejercicios,
la que entonces yo consideraba “mi mejor amiga” me dijo que le dejara copiar todo lo que yo había hecho.
Me negué.
Pero a cambio, le ofrecí pasarme la tarde con ella para explicarle lo que no entendiera.
¿Sabes lo que me dijo?
“Que era una mala amiga”
(porque no le dejaba copiar, claro)
¿Cómo?
¿Mi amistad era valorada en función de lo que mi amiga podía aprovecharse de mí?
Me dolío.
Mucho.
Y aún y así, ese día me fui a su casa y la ayudé a hacer sus ejercicios.
Pero a partir de entonces,
Dejó de ser mi mejor amiga.
Y pasó a ser “alguien” con quien me relacionaba.
De adulto, esto te puede parecer una tontería.
Pero créeme que me encuentro muchas personas en consulta que tienen problemas similares.
4 motivos por los que te cuesta decir no
Para tener la oportunidad de elegir diferente, tienes que entender los motivos por los que tomas decisiones que NO quieres.
Hay muchos motivos y situaciones donde el decir no puede resultar difícil.
Por ejemplo:
1. Las falsas creencias te impiden decir no
A veces hay gente que me dice que le cuesta decir no porque CREE que:
- Socialmente se considera “inadecuado”
- No puede
- Siente culpa o remordimiento si lo hace
- Cree que es una mala persona
- No quiere defraudar
- No quiere parecer negativo
- Es más fácil decir “sí” que decir “no”
- Etc.
Y para cada una de estas afirmaciones, existe una falsa creencia.
¿No puedes?
¿Quién te lo impide?
¿Crees que está “mal” o no es “adecuado”?
¿Para quién es inadecuado?
¿No quieres defraudar?
¿Cómo has asociado “decir no” con defraudar?
¿lo ves?
Has de revisar tus creencias para que dejen de limitar tu vida.
No se trata de decir que no o que sí a todo.
Se trata de que tú hagas tu propia valoración.
En función de lo que para ti es importante,
Del momento,
De tus apetencias,
Tus necesidades,
Etc.
Y a partir de ahí, elegir.
2. Exceso de empatía
Esto puede ocurrirte si eres una persona muy sensible y considerada con las necesidades de los demás.
Sueles mirar tanto por el otro que te olvidas de mirarte a ti.
No hay nada malo en ayudar al otro,
en querer que se sienta bien,
pero de nuevo,
volvemos al tema del límite.
¿A qué precio?
Porque si el precio que pagas por ayudar al otro implica
que nunca tienes tiempo para ayudarte a ti o
que te pasas la vida priorizando a los demás,
corres el riesgo de acabar con una baja autoestima.
Busca el equilibrio:
entre el adentro (lo que tú quieres)
y el afuera (lo que quieren los demás).
3. Miedo a poner límites
El miedo es una emoción necesaria,
pero en exceso,
puede paralizarte e impedir que hagas aquello que deseas.
¿Qué miedo te impide decir no o poner límites?
- ¿a no gustar?
- ¿al rechazo?
- ¿a que no cuenten contigo?
- ¿Miedo a hacer daño?
- ¿ a fallar a la persona (o creer que le fallas si le dices que no)?
- Etc.
Averígua tu miedo.
Porque si lo conoces, lo podrás gestionar.
Un miedo bien gestionado,
Puede pasar de ser un límite a un recurso.
Si no sabes qué miedo te impide decir o hacer lo que realmente quieres,
entonces,
tu miedo actuará de manera oculta y,
sin que te des cuenta, controlará tus decisiones.
4. Hábitos
Hay muchas personas que actúan por hábito.
Hacen las cosas de una determinada manera o toman decisiones concretas
porque se han acostumbrado a hacerlo así.
La rutina decide por ti.
¿Por qué?
Porque no la cuestionas.
Hazte la siguiente pregunta:
¿Esto que haces/dices…lo eliges verdaderamente o es “lo habitual”?
- ¿Vas a los encuentros sociales porque quieres o porque “toca”?
- ¿Haces siempre las cosas en un determinado orden porque lo eliges o porque ya te has acostumbrado?
Las preguntas son una forma muy poderosa de romper malos hábitos.
Recuperando el amor propio
El amor propio pasa por elegirse a uno mismo, por escuchar las propias necesidades y tratar de satisfacerlas.
Por ejemplo,
Puede que un día quedes con alguien aunque no te apetezca,
porque esa persona lo necesite,
y puede que otro día,
tú necesites más estar por ti.
Entonces, tendrás que decir no.
Puede que un día juegues con tu hijo,
y puede que otro día le digas que no,
porque necesitas descansar.
Sólo tú puedes encontrar ese equilibrio entre tus propias necesidades y las de los otros.
No siempre es fácil y habrá situaciones en las que seguirás diciendo sí, aunque pienses no.
Pero no te agobies.
Aprender a decir no es un proceso.
Tómatelo con calma.
Si quieres una ayuda extra para aprender a decir no paso a paso, te dejo aquí mi guía gratuita, para que te la descargues:
Me ha encantado el artículo y las pautas que da…Tengo este problema con mi pareja, llevamos 3 años de relación y nos queremos mucho, pero es muyindecisa con todo y no sabe decir no a nada, ni a nadie, le cuesta. Se enreda tanto que acabo mintiendo u ocultando cosas que son absurdas y generan en mi malestar. Sin ir más lejos ayer me dice que va a quedar con unas amigas para tomar algo para despedir a una, comparto su ánimo ante su plan y le pregunto: ¿Quiénes vais al final? y me dice que aún no sabe…La conozco y se que me estaba mintiendo, a continuación hice algo que me hizo sentir aún peor revisé su móvil y efectivamente me estaba mintiendo….El plan es ir a casa de uno de los chicos del grupo junto con sus amigas. y me cabrea que no quiera compartir eso conmigo y entonces acabo interpretando y pasándolo mal porque pienso que algo no cuadra. Sus indecisiones si compartir una cosa o no…lo llevo fatal.
Hola Noel, el ejemplo que me pones yo no lo interpreto como indecisión sino como miedo a decirte que va a ir a casa de uno de los chicos del grupo. Esto puede ser por miedo a tu reacción o porque ella piensa que “no está bien” o a ella no le gustaría que tú hicieras algo parecido. El caso es que quizá tendrías que tener una conversación con ella respecto a los motivos por los que no te comparte ciertas cosas. Un saludo.